El Gato y Los Ratones
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- Ahora que soy viejo – “dijo el gato”,
- no puedo a los ratones darles caza,
quizá será mejor hacerme el muerto
a ver si atrapo alguno esta mañana-
Y así quedó el felino, quieto y mudo,
tumbado y con las dos orejas gachas
al verlo tan inmóvil tres valientes
quisieron comprobar lo que pasaba.
- ¡Salid, salid que apesta ya el felino –
gritaba el más pequeño de la casa,
- ¡os juro que la bestia no respira
parece que estiró por fin la pata!-
Jugaban despistados a la vera
de un gato que escondía bien sus garras,
sin miedo le mordían el bigote
incluso se reían los canallas.
- ¡Ya os tengo malandrines a mi alcance! –
el muerto de repente les gritara,
- por no ser suficiente cautelosos
caísteis como ilusos en la trampa -
El felino saltó con frenesí
y atacó sin mediar una palabra,
agarró tres ratones por la cola
y se comió a los tres de una tirada.
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Moraleja:
Es peor enemigo el que aparenta
No poder causar daño porque intenta,
Que el contrario se llene de confianza
Y asegurar su golpe de venganza……………. Samaniego.
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